Reunión de seguridad.

Llevaba todo el día en aquel despacho, hacía pocos meses que había llegado a aquel lugar y había algunos detalles de aquella prisión que se me escapaban todavía. Sin duda no se parecía a simple vista a ningún lugar que hubiera manejado antes, en mi país las cosas eran diferentes, las cosas eran lo que parecían, por eso había ciertas cosas que preferíamos que directamente no "existiesen". Pero aquí era diferente, tantos niveles, tantas personas. De cualquier manera, no podía fallar en esto, no era más que otra empresa, un conjunto lúdico que daba dinero sus empleados y sus inversores.

Pero eso no era lo que ahora me preocupaba, sino recibir como cada día el informe de seguridad del Oficial de la prisión, no solía haber demasiados problemas, pero prefería que aparte de entregármelo por escrito me contara las incidencias más importantes, sus comentarios eran bastante orientativos sobre la situación y así me hacía una idea si las acciones llevadas a cabo habían sido muy duras o el incidente había sido menor. Aunque tampoco es que tuviera mucho interés en aquello, la seguridad de los niveles accesibles quedaba por completo en sus manos y en el tiempo que llevaba allí nunca había habido ningún problema grave.

En fin, llegaba la hora de llevar el informe a la directora y como cada día me veía en la obligación de hacerle una visita a su despacho para contarle de que manera me ocupaba de mi prisión. Era algo fastidioso ya que aquel era tiempo que podía estar dedicando a asuntos que fuesen de mayor interés personal como leer o mejor todavía, no hacer nada. Bastante trabajo de normal como para hacer más todavía e ir a explicarle lo más destacable de la jornada, pero en fin el deber era el deber y aunque fuese a mi pesar, lo cumpliría. Llamé a la puerta para avisar que ya estaba allí, tras lo que tomando el pomo, entré en la habitación.- Buenas noches... jefa. Aquí me tiene para el informe de hoy.

Como era de esperar, allí estaba sentada con gesto de ocuada en la cara. ¿Realmente costaba tanto manejar un lugar como aquel? Si de verdad era así, me podía dar por contento en mi puesto. Nunca había sido de tratar con la gente ni ser el relaciones públicas de la empresa. Yo me encargaba de que ninguno de los desechos sociales que tenía a mi cargo se emocionase y pensase siquiera en escapar, no por lo menos desde que el último perdió unos cuantos dedos por haber planeado algo así, y estaba contento con mi trabajo. Mientras recordaba aquello sucesos del pasado me mantuve de pie, firme como si todavía estuviese en mi pelotón, esperando que me dijese que podía tomar asiento. Era una mujer, pero estaba por encima de mí ne la jerarquía asi que le debía cierto respeto.

Unos toques en la puerta y allí estaba, puntual como siempre, sus gestos duros, dejaban claro que no había olvidado por completo su pasado militar. Una lástima, una cara tan bonita estropeada de aquella manera, pero supongo que no podría hacerse nada al respecto, a fin de cuentas yo no era tan distinta de él y teníamos casi la misma edad. Quizás debería relajarse un poco más y dejar de parecer tan envarado en mi presencia, yo no era su oficial militar y no pensaba gritarle a la cara como si estuviera en el ejército. Aquí no le pagaban porque le gritaran, ni a mí me pagaban por gritarle.

- Siéntate, Collin. ¿Alguna novedad importante?

Me arrellané en mi sillón estudiándole sin que se percatara, quizás era deformación profesional, pero sin duda me parecía interesante observar los gestos de Collin, sin duda era una persona de lo más interesante. Pero enseguida me levanté para acercarme al minibar del que estaba provisto mi despacho.

- ¿Puedo ofrecerte algo?

Sin esperar su respuesta comencé a servirme un calvados que tenía pensado acompañar de un cigarro mientras escuchaba su informe de seguridad. Sin duda era mucho más interesante que las aburridas juntas de accionistas donde se hablaban temas demasiado trillados. Todos sabíamos de donde ibamos a obtener nuestros nuevos patrocinadores, decirlo otra vez era algo que encontraba fuera de lugar. Pero sin duda era una buena oportunidad para comer y beber por cuenta ajena, y por la asiduidad con la que se producían esas reuniones, pensaba que no era la única que opinaba lo mismo.

Bueno, alli estabamos frente a frente con la persona encargada de todo el lugar. Rapidamente tomé asiento frente a ella, después de todo bastante había tenido que caminar durante el día y no venía mal descansar aunque solo fuese un poco los doloridos pies, después de a revisión matutina, ya que me gustaba comprobar personalmente que todo estaba en orden y bajo control. Me crucé de brazos mientras escuchaba su pregunta, ladeando levemente la cabeza hacia la izquierda.- Sin grandes novedades, como siempre, alguna "protesta" agresiva por el trato de les doy y alguna pelea entre presos... Nada que merezca demasiada atención por parte de la directora.- Sonreí levemente tras tan resumida evaluación. ¿Se tomaría a mal mi comentario o tal vez solo lo ignoraría?

Alcé una ceja por el interés que había despertado en mí, tal oferta. Aquello le había hecho ganar un punto, después de todo nunca estaba de más echar un trago, más todavía si era tu jefa uien te lo ofrecía. Seguro que en aquel minibar tenía bebidas bien interesantes y más todavía, caras... Sin embargo, aquello no me interesaba, yo siempre fuí y seré de gustos más sencillos y asequibles a una cartera como la que llevaba en el pantalón.- Bueno con tal oferta, no daré una negativa... A ser posible una cervezasi es que hay.- Además también fumaba así que no habría inconveniente en que yo también lo hiciera.-Con su permiso...- Metí la mano en el bolsillo del pecho de mi chaqueta y me saqué el paquete y el encendedor y con sumo gusto me lo llevé a la boca y lo encendí, para inhalar aquel pequeño vicio y soltar un par de anillos de humo, mientras lo disfrutaba.

Así que una jornada tranquila, como debía ser... No es que realmente necesitara aquel informe hablado del Oficial, ya que las grabaciones de seguridad pasaban directamente a mí y comprobaba personalmente si había algo que fuera de una importancia reseñable. Simplemente quería conocer su versión para contrastarla con la de las cámaras y poder saber hasta que punto podía fiarme de él. De momento no tenía ninguna queja.

Cuando pidió cerveza no pude sino extrañarme. ¿Porque alguien estando en el despacho de su jefe pediría algo tan normal como cerveza? Lamentablemente no tenía lo que me estaba pidiendo, así que le serví una cerveza tostada de bélgica. Era más fuerte que las cervezas americanas y las japonesas, pero en aquel minibar no tenía ni una puta cerveza que fuera de este país.

- Lo siento, pero me temo que lo único que tengo es esto, cerveza de trigo o cerveza negra.

Después de llevar mi copa a la mesa, puse el cenicero en mitad del escritorio y me encendí un cigarro, paladeando con gusto el humo del cigarrillo. Sin duda un pequeño placer que me permitía de cuando en cuando, mi trabajo no me dejaba fumar muy a menudo, pero cuando podía me lo permitía. Menos más que no tenía restricción alguna con el alcohol...

- Tutéame, por favor, tenemos casi la misma edad. Es vergonzoso que sigas llamándome de esa manera... Y me alegro que las cosas marchen tan bien, sería horrible para nuestros visitantes si a alguno de los presos le diera por cometer alguna locura durante los espectáculos. No quiero incidentes durante las carreras de perros...

Ese era uno de los espectáculos donde más puntos podían obtener los presos por lo que no era raro que algún espabilado intentara eliminar a la competencia durante el transcurso de los mismos. Y públicamente nuestros presos no sufrían daño alguno, por lo que era poco... rentable... que los espectadores vieran a alguien intentando matar al resto.

Bueno, nunca había sido muy partidario de la cerveza tostada, sin embargo,aquel ofrecimiento era gratis y ya era más de lo que esperaba en un principio de aquella reunión, después de todo ¿quien iba a pensar que su jefe le ofrecería alcohol? A parte no quería parecer un aprovechado en cuanto a su generosidad. Si volvía a ofrecerme algo del minibar en otra de mis visitas tal vez me animase con una vaso de buen whisky, si había una próxima vez...- No se preocupe, no pensaba conseguir algo de beber así que lo que me dé será bien recibido.

Tutearla, aquello no iba a ser tan fácil de conseguir, porque si bien teníamos casi la misma edad, ella tenía un cargo superior y eso en el ejercito no dejan que lo olvides nunca. Suspiré mientras volvía a llevarme el cigarrillo a la boca, bueno, al menos tendría que intentarlo.- Está bien... aunque las costumbres son difíciles de evitar sobre todo si te las han estado gritando desde el principio.- Comenté en tono despreocupado observando su copa a la vez que soltaba una bocanada de humo.

Como no, había que cuidar y preocuparse del público, después de todo aquello era una empresa y había que conseguir un buen beneficio... A veces se me olvidaba que aquello era un negocio y que por añadido se hacía un bien a la sociedad, manteniendo a aquella escoria encerrada.-No se... te preocupes les suelo recordar que sucede si intentan algo semejante en público...- Desvié la mirada para echar un breve vistazo a mi cuchillo, el fiel compañero que tan útilmente me ha ayudado, con una ligera sonrisa. Después de todo en la prisión era visto como un déspota y un dictador y no era algo que quisiese cambiar. El miedo a las represalias era suficiente para que más de uno se lo pensase dos veces antes de meterse en problemas...

No pude evitar una sonrisa amable ante sus palabras, sin duda era un buen hombre, sincero y realista. No parecía tener unas ambiciones exageradas y era una persona de gustos sencillos, algo que no dejaba de chocar un poco, pues aunque hubiera crecido en una Rusia abierta a las políticas de libre mercado, todavía quedaban bastantes trazas del antiguo comunismo y se tenía muy grabada la imagen del americano consumista de gustos caros. Aunque sabía de buena tinta que era más común el americano base que se conformaba con cualquier producto de baja calidad. Todavía estaba por averiguar cual de los dos era Collin

- Supongo que entonces es una ventaja que no me paguen por gritarte. ¿No crees? Me alegra que seas tan capaz de mantener la situación controlada. Sería muy desventajoso para nosotros si algo sucediera o si simplemente saltara algo al público y empezaran a atosigarnos desde las asociaciones de derechos humanos

Me arrellané un poco más en mi sillón mientras daba una nueva calada a mi cigarro, expulsando el humo con calma, despacio; antes de sonreír a Collin para hablarle de nuevo. Estaba demasiado tenso, y eso no era bueno, nada bueno.

- Pero relájate, esto es mi despacho, no esa jungla de asquerosos delincuentes. Muchas veces cuando leo sus fichas no puedo evitar sentir una pizca de terror al escuchar todas las cosas que han hecho. Es terrible que alguien así pueda existir y hacer semejantes barbaridades

No esperaba impresionarle con mis palabras, tan sólo establecer una cercanía entre ambos; a fin de cuentas el buen funcionamiento de la prisión dependía de nosotros y una buena relación entre ambos haría las cosas mucho más fáciles a la hora de no obstaculizarnos el trabajo